Los cobardes temen hasta la felicidad. Pueden herirse incluso con el algodón. A veces hasta la felicidad les hiere.
Indigno de ser humano. Osamu Dazai
Un momento de cobardía puede ser un castigo para toda la vida.
El viejo. Iuri Trifonov
La cobardía no se declara sólo en el campo de batalla o ante una navaja abierta apuntando a las trémulas vísceras.
El año de la muerte de Ricardo Reis. José Saramago
Un error, una cobardía espontánea y legítima, ¿pueden condenar a un hombre a cadena perpetua?
Trece tristes trances ("Sólo dime si aún me quieres"). Albert Sánchez
Piñol
Los traidores siempre son unos cobardes.
Los crímenes del amor ("Ernestina"). Marqués de Sade