La Cruz Roja
Había un empresario suizo con grandes planes que andaba en busca de grandes patrocinadores: el hombre creía que tenía que llegar a la cumbre, al emperador en persona. Y puesto que el emperador no estaba en casa, sino en el campo de batalla, en Italia, allí se fue a buscarlo. Pero, en lugar de encontrar a Napoleón III, lo que encontró fue el paisaje después de la batalla, y eso cambió sus planes y su vida.
En el momento hizo lo que pudo por los heridos y los moribundos. Y al volver a Suiza decidió dedicar su vida a aliviar los sufrimientos de la guerra. Fue así como fundó lo que más tarde sería la Cruz Roja, fundación que condujo a la Convención de Ginebra, lo cual a su vez condujo a la Sociedad de Naciones y más tarde a la fundación de Naciones Unidas.
La luz del día. Graham Swift
tercer símbolo de La Cruz Roja