La poesía, al contrario de los que suele pensarse, no radica en que se cumplan nuestros deseos sino en que no lleguen a hacerlo.
Los viajes de la cigüeña. Gustavo Martín Garzo
—
¡Ja! —exclamó el rey—. Ya lo sabía: es adicto a contar sílabas. Es un
poeta. Llevadlo ante el Disuasor Supremo del Hábito Mental.
— Mi Señor —dijo el Inventor de Castigos Ingeniosos—, me permito sugerir un infortunio más intenso.
— ¿Cuál? —preguntó el rey.
— ¡Dejarle esa cabeza!
Fue lo que se ordenó.
99 fábulas fantásticas ("El aciago destino del poeta"). Ambrose Bierce
La fuerza incofundible de la poesía.
Una misma noche. Leopoldo Brizuela
¿Acaso no es el verso la lengua de los dioses?
Muerte de un murciano en La Habana. Teresa Dovalpage
La poesía no tiene prisa, pero siempre acaba por instalarse.
Las sintaxis del corazón (de lecturas y escritores). Purificación Cavia
Tamayo