Ponerse objetivos alcanzables, uno detrás de otro, para no darse
cuenta de esa verdad ontológica tan difícil de aceptar, y que por ello
procuramos una y otra vez alejar de nuestro lado: no tenemos objetivo,
nuestra vida carece de finalidad, estamos aquí porque estamos, igual que
podíamos no estar.
Las vidas ajenas. José Ovejero.
Me pregunto si no sería más sencillo enseñarles a los niños desde el principio que la vida es absurda.
La elegancia del erizo. Muriel Barbery
El sentido no existe. Es decir, no existía previamente. La idea de
sentido fue inventada por la humanidad para poner un bálsamo a sus
angustias, y la búsqueda de sentido la absorbe, la obceca. Pero ningún
Gran Observador nos vigila desde lo alto del cielo.
La intrusa. Éric Faye
Si nada conduce a ninguna parte, ¿por qué nos seguimos esforzando?
El corrector. Ricardo Menéndez Salmón
La vida del hombre en la tierra, su inacabable sufrimiento, ¿merecía la pena?
Y que se duerma el mar. Gustavo Martín Garzo