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jueves, 28 de julio de 2011

CRÉETELO... O NO (5)


Martini seco

6 medidas de gin
1 medida de vermut blanco seco
Aceitunas de coctel
Cubos de hielo

Mezcle las bebidas con el hielo en el vaso mezclador, agitándolo para escarchar. Sirva en una copa de coctel. Adorne con una aceituna en palillo. Bébalo mientras oye a Frank Sinatra cantando Witchcraft.

El origen del martini es incierto. Se creó en 1870 en California. Para algunos se inventó en San Francisco y su autor habría sido un cantinero llamado Martínez. Para otros nació en la ciudad de Martínez. De ahí su distintivo nombre. Al principio era más dulce, con medidas iguales en sus componentes. Se volvió popular en la época de la prohibición debido a la facilidad para destilar ginebra.
A más seco, menos vermut. Winstom Churchill opinaba que sólo una mirada a la botella de vermut era suficiente. La aceituna le da el toque final. Quizás sólo sea un adorno, pero para los mixólogos, los alquimistas modernos, es la que absorbe los malos espíritus del gin.
Es el coctel más reconocido del mundo. Norteamericano por excelencia, símbolo de fiesta, estilo y clase, ha sido la bebida preferida de famosos, escritores y presidentes: desde Raymond Chandler, Dorothy Parker, Franklin Delano Roosevelt y John F. Kennedy hasta Luis Buñuel o Humphrey Bogart. Algunos le llaman con el elegante nombre de silver bullet. Su misma simplicidad es lo que lo vuelve maravilloso: sólo se necesitan dos ingredientes para crear algo tan sublime.
A la última toma del día en el set de filmación se le conoce como martini shoot.
         Trago amargo. Francisco Gerardo Haghenbeck



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