Roma
De
niño había oído historias maravillosas sobre Roma. Los domingos por la
tarde, mientras descansaba ante el molino tumbado en la hierba, solía
soñar con Roma. Me la imaginaba igual que hacía con las formas de la
nubes cuando pasaban por el cielo: raras montañas, precipicios hacia el
mar azul, portales de oro y altas y brillantes torres desde donde
cantaban los ángeles, envueltos en doradas vestiduras.
De la vida de un inútil. Joseph von Eichendorff
París
París,
la ciudad más bella del mundo, donde, según dicen, todo es diversión,
donde las calles son una fiesta, y las damas, mucho más hermosas que en
cualquier otra parte.
La cinta roja. Carmen Posadas
Nueva York
Nueva
York es Babilonia. Brooklyn es la verdadera Ciudad Santa. Nueva York es
la ciudad de la envidia, del trabajo de oficina y del jaleo; Brooklyn
es la región de los hogares y la felicidad.
La biblioteca ambulante. Christopher Morley
Alejandría
Alejandro
Magno había fundado la ciudad. Se contaba que un anciano de barbas y
melena blancas se había presentado en sus sueños para indicarle el lugar
donde debía construirla. Alejandro esparció harina sobre el lugar
revelado, y el cielo se llenó de pájaros grandes y diversos que se le
comieron con avidez. Alejandro lo juzgó un mal augurio, pero uno de sus
videntes le dijo que esos pájaros significaban que el lugar sería tan
próspero que podría nutrir a los hombres de todas las razas.
Y que se duerma el mar. Gustavo Martín Garzo
Praga
Praga,
en efecto, es una ciudad de cuento de hadas. No por casualidad Walt
Disney se inspiró en la catedral de Tyn a la hora de dibujar el castillo
de la reina en La bella durmiente.
HHhH. Laurent Binet