Ni hay paro, ni nada de eso. Es como tirar millones de tomates al mar. Ya sabes, si hay muchos tomates, baja el precio, así que los destruyen, y los tomates se ponen más caros. Pues con el empleo hacen los mismo. Si hay muchos puestos de trabajo, las personas que trabajan ya no están dispuestas a comprar su puesto humildemente, dejando que le paguen una mierda y trabajando el triple de lo normal. Y como no están dispuestas, se unen para decir: oíd, no creáis que os vamos a dar la vida a cambio de un puesto de trabajo, no. Os daremos un pedacito de nuestra vida y sólo si respetáis nuestros derechos. Pero entonces los grandes tomateros del empleo van y lo destruyen, directamente, vuelcan camiones con puestos de trabajo al mar, y otra vez a arrastrarse y suplicar para que te den un puesto de mierda en cualquier parte.
Deseo de ser punk. Belén Gopegui
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